Cada vez que se calienta y se vuelve a enfriar, el aceite se va degradando. Por eso no conviene utilizarlo muchas veces para freir. ¿Y qué se puede hacer con ese aceite que ya está refrito? No conviene tirarlo por el desagüe porque es muy contaminante. Aquí va una receta para aprovecharlo haciendo jabón casero, especialmente indicado para personas que tienen una piel muy sensible y les afectan los detergentes industriales
¿Cómo se hace?
- Mezcla la sosa caustica y la sal con el agua. Debe manejarse con mucho cuidado, porque es una sustancia peligrosa. Evita que caiga sobre la piel. Se produce una reacción que calienta la mezcla; debe dejarse enfriar durante varias horas.
- Una vez frío, ve añadiendo el aceite poco a poco mientras se va remueves la mezcla.
- Sin dejar de remover, añade la harina (para ayudar a trabar) y el detergente (para dar buen olor).
- Sigue moviendo hasta que notes que comienza a cuajar. Si la harina y el detergente han dejado grumos, se puede meter la batidora para deshacerlos.
- Después deja que el jabón repose y termine de cuajar. Conviene volcarlo y partirlo en tacos cuando todavía no se ha puesto demasiado duro.
¿Qué necesitas?
- 3 l de aceite usado
- 3 l de agua
- 500 g de sosa caustica
- 2 puñados de sal
- 2 puñados de detergente
- 2 puñados de harina
