Las uvas son una fruta pequeña, de forma ovalada y dulce, rica en antioxidantes y muy integrada en nuestra gastronomía.
Desde un punto de vista nutricional, se trata de un excelente alimento. Son energéticas, ricas en vitaminas del grupo B (B6 y ácido fólico) mientras que la presencia de vitamina C resulta más modesta que en otras frutas. Y aportan minerales como el el potasio, el cobre y el hierro, aunque también calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio.
Existen muchas variedades de uva, cada una con sus características según factores variables de su cultivo (temperatura, suelo, lluvia…).
Aunque resultan deliciosas tal cual, las uvas crudas se pueden comer en macedonias, mueslis, tartas, helados… A todas estas recetas les aportan un sabor fresco y aromático.
En recetas saladas dan un ligero y agradable contraste agridulce. Son un buen acompañamiento para verduras a la parrilla y al vapor, o para arroces. No faltan tampoco en sopas frías como el ajoblanco malagueño o platos tan tradicionales como las migas.
Cocinadas, pueden emplearse frescas o pasas, pues su sabor y textura resultan muy diferentes.