Existen muchas variedades de limón diferentes, pero en nuestro país se consumen básicamente dos:
- Limón de mesa o “mesero”, de piel más fina, pulpa de color amarillo pálido y más cantidad de zumo.
- Limón berna, una variedad mucho más extendida, de piel gruesa, color amarillo muy intenso y forma ovalada.
El limón es una fruta muy rica nutricionalmente hablando, ya que aporta multitud de vitaminas y minerales al organismo (como el potasio, el selenio, el hierro y el magnesio) sin apenas calorías ni grasas.
Es rico en vitamina C y en sustancias fitoquímicas que protegen las células y tejidos del cuerpo. Además, otra de sus propiedades es que el limón purifica la sangre y resulta vasoprotector, reduciendo la permeabilidad capilar y aumenta su resistencia.
Cómo conserva y consumir
En muchas recetas el sabor del limón no se aprecia en el resultado final, pero se utiliza con buen sentido porque potencia los aromas de los alimentos a los que acompaña y ofrece un contrapunto ácido exquisito.
No se debe exprimir el limón que acabas de sacar de la nevera, porque obtendrás menos cantidad de zumo y no será tan aromático. Sácalo unas horas antes y, antes de exprimirlo, amásalo con las manos.
En cuanto a la cáscara del limón, puede servir para aromatizar caldos y sopas, o picarse muy finamente y utilizarla en salteados, salsas y aliños. También puede dar un toque sabroso a un bizcocho o a un mermelada casera.