Menú

Tirar hortalizas tiene un gran coste ambiental

Tomates
Imagen de Kie Ker/ Pixabay

Se ha publicado en la revista científica Nature Food un artículo sobre sobre el coste ambiental que tiene desperdiciar hortalizas. Este estudio ha sido elaborado por investigadores del Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio «Ramón Margalef» (IMEM) de la Universidad de Alicante.

El estudio se centra en una de las zonas más áridas de Europa: Almería. Durante los últimos años en esta zona se ha producido un gran desarollo agrícola que ha tenido un gran impacto ambiental, como la bajada del nivel de los acuíferos. Jaime Martínez Valderrama, principal autor de la investigación, ha declarado al medio Información que: “Decidimos analizar en detalle la provincia almeriense porque en un lugar que presume de aprovechar hasta la última gota de agua, y dado el contexto de escasez hídrica que presenta, resulta grotesco deshacerse de parte de la cosecha”.

Deshacerse de productos como tomates o pepinos, es una práctica habitual y legal, pero que tiene importantes consecuencias para nuestro planeta. Según Martínez, el pasado año 2019, en la provincia de Almería se desperdiciaron 300.000 m3 de agua, más de 136 toneladas de fertilizantes, y se podría haber evitado la emisión de 7.500 toneladas equivalentes de CO2.

El estudio pone el foco en la cantidad de recursos que se malgastan a través de las pérdidas de algunos alimentos que ni siquiera entran en el circuito comercial.

Para el estudio se han realizado unos cálculos que utilizan coeficientes técnicos y las cantidades de producto retirado según datos recogidos por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). Según Martínez si se conoce la cantidad anual que se ha retidaro de un cultivo se puede calcular cuánta agua se ha desperdiciado mediante los metros cúbicos necesarios para producir una tonelada. Y de la misma manera se ha analizado la cantidad de fertilizantes y las emisiones equivalentes de CO2 que se podrían haber evitado. Los cálculos se han realizado para las principales hortalizas producidas en la provincia: tomate, pepino, calabacín, berenjena y pimiento.

Según los datos de FEGA en España se descartan 114.000 toneladas, incluyendo todo tipo de cultivos. Aunque se calcula que gran parte se destina a bancos de alimentos, unas 78.000 toneladas.

Las soluciones planteadas por los investigadores son la regulación del mercado, la contención de la superficie de regadío y el precio de los productos. Si los productores/as recibiesen un precio más justo por sus productos, no tendrían que deshacerse de esas grandes cantidades.

Este estudio forma parte del proyecto BIODESERT financiado por el Consejo Europeo de Investigación y liderado por el investigador distinguido de la Universidad de Alicante Fernando Tomás Maestre Gil. BIODESERT evalúa cómo las acciones humanas derivadas del pastoreo o la agricultura, y el cambio climático afectan a zonas áridas de todo el mundo.

ARTÍCULO / VÍDEO RESUMEN