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Si reducimos el desperdicio, reducimos la huella de carbono

Jannis Knorr/Pexels

El 28 de enero cada año se celebra el Día Mundial por la reducción de emisiones de CO2. Un día para concienciar sobre la gran cantidad de gases de enfecto invernadero (GEI) que expulsamos al planeta y la necesidad de mitigar el cambio climático.

Según un informe elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) hasta un 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana a nivel mundial provienen de los sistemas alimentarios.

Esta emisión de gases de efecto invernadero asociados a la producción de alimentos proceden de:

  • Las emisiones procedentes del cambio de los usos del suelo y de la deforestación.
  • Las emisiones derivadas de la agricultura y ganadería.
  • Las emisiones que proceden de la energía empleada para la producción de alimentos, mantenimiento de estos o transporte.
  • Las emisiones derivadas de la descomposición en vertederos. Como la producción de metano cuando los residuos orgánicos se descomponen.

Debemos recordar que en concreto la huella de carbono asociada al desperdicio de alimentos es grande. Es decir de los alimentos que se han perdido o desperdiciado y no hemos llegado a consumir.

Según el informe Huella del desperdicio de alimentos. Impactos en los recursos naturales realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sin tener en cuenta las emisiones de gases de efecto invernadero por el cambio de uso de la tierra, la huella de carbono de los alimentos producidos y no consumidos se estima en 3,3 G toneladas equivalentes de CO2.

Lo que significa que si el desperdicio de alimentos fuera un país sería el tercer emisor de CO2 después de Estados Unidos y China.

Por esto reducir el desperdicio de alimentos implica a su vez una reducción de la emisión de gases de efecto invernadero como el carbono o el metano. Y por lo tanto una protección del planeta y una mejor adaptación al cambio climático.

Así que: ¡Reduce tu desperdicio! ¡Reduce tu huella de carbono!

Infografía sobre sistemas alimentarios sostenibles y GEI (AlimentaODS)