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Reducir el desperdicio para lograr el reto de Hambre Cero y un planeta sostenible

El 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación un día para conmemorar la importancia de los alimentos para la vida y recordar que aún hoy 690 millones de personas son víctimas del hambre. Este año el lema es «Cultivar, nutrir, preservar. Juntos».

Nos encontramos ante un sistema alimentario global ineficiente. Un sistema que pierde o desperdicia a lo largo de la cadena alimentaria el 30% de su producción mientras 2.000 millones de personas en el mundo no disponen de un acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes, según datos de la FAO.

Necesitamos transformar nuestros sistemas alimentarios hacia unos más sostenibles en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero, uso de suelos, gestión de recursos hídricos entre otros. Un sistema sostenible que sea capaz de alimentar a todas las personas.

La Agenda 2030 incluye criterios de sostenibilidad y recoge en una de sus metas reducir a la mitad las pérdidas y el desperdicio de alimentos. Sin embargo los datos muestran que no ha habido muchos avances en cuanto a esto y la mayoría de los países no incluyen en sus planes y programas el problema de las pérdidas y desperdicio de comida.

Para lograr el sistema alimentario que necesitamos debemos actuar y debemos hacerlo juntos/as. Esta actuación necesita la implicación de todos los actores de la cadena alimentaria, desde los productores/as hasta los consumidores/as, y el apoyo del sector público que tiene la responsabilidad de legislar.

Construyendo un sistema alimentario global sostenible lograremos el reto ‘Hambre Cero’ y que todas las personas vean garantizado su Derecho a la Alimentación. Solo así tendremos un futuro.