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Conversamos con el MAPAMA para impulsar medidas que reduzcan el desperdicio alimentario

El pasado 25 de enero el grupo de trabajo de incidencia política que conformamos Manos Unidas, Prosalus y el Departamento de Estudios e Incidencia Social de PROCLADE, PROYDE y SED, se reunió con Fernando Burgaz, Director General de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) con el objetivo de presentar nuestro trabajo conjunto sobre pérdida de alimentos.

Las cinco organizaciones presentes en la reunión nos mostramos interesadas en participar como representantes de la sociedad civil en la definición y seguimiento de la segunda fase de la Estrategia “Más alimento, menos desperdicio”, iniciada en la anterior legislatura. En estos momentos, según aseguró Burgaz en la reunión mantenida, el MAPAMA se encuentra evaluando la primera fase de la Estrategia y redactando la segunda, para la que se tendrá en cuenta a las organizaciones presentes en el encuentro a lo largo de su puesta en marcha. Está previsto que en esta segunda fase de la Estrategia se ahonde en el trabajo de herramientas de medición: Fernando Burgaz se mostró convencido de la importancia de contar con instrumentos que permitan medir el desperdicio alimentario, sobre todo en aquellos puntos de la cadena donde más se tira: el hogar y la restauración. Considera además a la infancia como uno de los públicos más interesantes a los que transmitir mensajes contra el despilfarro y desperdicio alimentario, siendo muy importante la labor realizada desde los centros educativos. Algunas de nuestras organizaciones llevan a cabo un papel destacable, a través de la realización de mediciones de desperdicio en comedores escolares. Además, llevamos a cabo campañas ciudadanas y proyectos en los que se busca el compromiso y participación ciudadana para reducir el desperdicio en los hogares.

Para reducir el desperdicio es necesario sensibilizar a la población

En la reunión mantenida en las instalaciones del MAPAMA, el máximo responsable de Industrias Alimentarias se mostró convencido de la necesidad de sensibilizar a la población sobre la importancia del desperdicio alimentario y los impactos que las pérdidas de alimentos generan. Por nuestra parte, nos mostramos especialmente preocupados por los efectos del desperdicio y despilfarro en los países más empobrecidos. De este modo, presentamos una propuesta de gran campaña de sensibilización que hemos estado trabajando durante varios meses y consideramos necesario que lleve a cabo el MAPAMA.

Según las organizaciones que hemos asistido a la reunión, consideramos que dicha campaña debería tener una serie de características: pública (la voluntad y el liderazgo público son imprescindibles), mediática (que su mensaje cale en el imaginario colectivo y genere transformación social), práctica e inspiradora (ofreciendo soluciones y alternativas para el cambio de hábitos y patrones de consumo que exigen los Objetivos de Desarrollo Sostenible), que promueva alianzas entre los diferentes actores de la cadena alimentaria y por último, que sea capaz de medir la capacidad de cambio y de transformación (incluyendo medidas de seguimiento e indicadores que permitan medir el impacto mediático y transformador).

El desperdicio es un problema global

Los Estados miembros de la UE y las instituciones europeas se han comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Comisión Europea se está tomando muy en serio la reducción del desperdicio de alimentos, porque además de la necesidad urgente de revertir la tendencia de la PDA en la UE, tiene enorme potencial para reducir los recursos de la producción de alimentos. La prevención del desperdicio de alimentos es una parte integral del  “Paquete de Economía Circular de la Comisión Europea” que pretende estimular la transición de Europa hacia una economía circular que impulse la competitividad global, promueva el crecimiento sostenible y genere nuevos empleos. ¿Cuál va a ser el papel de España en este tema?

El problema del desperdicio de alimentos es un problema global, que afecta a dimensiones centrales del desarrollo humano y sostenible, en el ámbito económico, social y ambiental. La urgencia de responder a este problema ha dado lugar a múltiples iniciativas a lo largo de todo el mundo: desde las medidas legislativas en Francia e Italia a las diferentes campañas puestas en marcha por los gobiernos de Reino Unido, Estados Unidos, Alemania o Dinamarca, o desde organismos e instituciones internacionales como la UE, la Comisión Europea o la FAO.

Desde la sociedad civil son muchas las propuestas e iniciativas que se han puesto en marcha y seguiremos trabajando en ello.