La pulpa de esta fruta es normalmente es de color rojo intenso, rosado o amarillo y contiene múltiples pepitas en su interior, aunque algunas variedades no presentan estas semillas.,
Es una fruta con un altísimo contenido en agua. Proporciona una dosis baja de energía, por lo que puede utilizarse en dosis generosas en cualquier tipo de dieta hipocalórica.
Aporta una cantidad discreta de vitamina C. También es una fuente de betacaroteno o provitamina A.
Contiene también vitaminas E y del grupo B. El aporte de magnesio y potasio explica las virtudes de esta fruta para reponer pérdidas de sales minerales.
Generalmente se come a tajadas, pero se pueden preparar ensaladas, gazpachos y entrantes o postres con ella.
Se podrá saber cuándo ha alcanzado su punto óptimo de maduración al golpear su superficie con los dedos. Si emite un sonido hueco, indica que la fruta está llena de agua y a punto para ser consumida.
Si la fruta está muy verde se puede dejar durante unos días a temperatura ambiente hasta que madure. Por último, se ha de tener en cuenta que la sandía es sensible al frío, aunque una vez recolectada se debe guardar en la nevera para que su pulpa no se vuelva seca y fibrosa.