Cada año se producen en el mundo más de 40 millones de toneladas de manzanas, lo que las sitúa en el cuarto lugar en la producción mundial de frutas, tras la uva, la naranja y el plátano.
Existe una amplia variedad de manzanas en el mundo, pero aquí algunas de las más frecuentes son:
- Manzana amarilla o golden.
- Manzana reineta.
- Manzana bicolor.
- Manzana roja.
La manzana es rica en pectina, un tipo de fibra soluble que no se absorbe en el intestino. Retiene el agua y se convierte en un gel que actúa como una emulsión que absorbe desechos en el intestino y facilita la eliminación de toxinas con las heces.
Además, renuevan la flora intestinal, evitan las fermentaciones y actúan como dentífrico natural.
Entre sus vitaminas destaca la C: una manzana puede cubrir el 30% de las necesidades diarias.
Es rica en boro, mineral que interviene en numerosas funciones del organismo. Una de ellas es la de facilitar la asimilación del calcio y el magnesio, por lo que contribuye a prevenir la osteoporosis. La manzana es una de las frutas más ricas en boro.
Cómo conservar y consumir
En la nevera, en el cajón de la fruta, aguantan bastante bien, aunque conviene colocar papel absorbente para reducir la humedad.
La manzana puede comerse entera como fruta de mesa o en diferentes recetas. En pasteles, purés, rellenos, ensaldas, chutney, arroces…