Las coles combinan compuestos antioxidantes, indoles o isotiocianatos. Los dos últimos son glucosinolatos, o compuestos del azufre.
Junto a los compuestos azufrados contienen también altas concentraciones de nutrientes esenciales. Durante el invierno, cuando no había frutas disponibles, constituían una fuente importante de vitamina C, siempre que se consumieran crudas o ligeramente cocidas.
Además ofrecen vitaminas del grupo B, vitamina A en forma de betacaroteno, ácido fólico, selenio, hierro, calcio, magnesio, potasio y distintos flavonoides en dosis significativas.
Cómo consumir
Cruda, es ideal para las ensaladas de invierno y fermentada es la base de la conocida chucrut, un probiótico que refuerza la flora intestinal. Por su sabor dulce es deliciosa en sopas, cocidos, trinchada con patatas y ajo frito o rellena.
Si se cocina se aconseja tomar con anís o jengibre para evitar los gases. Protege el estómago, es relajante y muy depurativa. En una buena fuente de calcio, fósforo, magnesio y potasio. Rica en vitaminas C y B, especialmente ácido fólico.