El puerro es considerado típicamente invernal y no solo aporta sabor a muchos platos como los reconfortantes caldos del tiempo frío o la famosa vichyssoise estival sino que los enriquece con sus propiedades saludables.
El puerro es rico en fibra. Entre sus minerales destaca el potasio , el calcio , el fósforo y el magnesio . Y, en menor cantidad, aparte del azufre, se encuentra el hierro y oligoelementos como el selenio, el manganeso y el silicio.
Respecto a sus vitaminas, sobresale la vitamina C y la E , así como vitaminas del grupo B: folatos y vitamina B6 , importantes para los sistemas nervioso e inmunitario.
De la misma manera que la cebolla y el ajo, el puerro tiene un papel muy importante en la cocina mediterránea. Es poco exigente en su preparación.
La parte blanca del puerro se va acortando a medida que avanza el invierno mientras que la verde crece. Pero esa parte del bulbo que verdea y también las hojas externas y verdes tienen mucho sabor y se pueden aprovechar de diferentes formas, por lo que sería una lástima desperdiciarlas.
Las hojas y la parte verde son excelentes para dar sabor a caldos y pucheros. Como verdura resultan deliciosas si se cortan en juliana finamente y se saltean en una sartén. Si se preparan así se pueden emplear para condimentar numerosas recetas.