Calabacín

El calabacín se ha beneficiado del interés creciente por la salud y la silueta. Contiene bastante agua y fribra.

Un calabacín de 250 g aporta solo unas 48 calorías, pero acompañadas de abundante fibra y cantidades notables de nutrientes esenciales: ácido fólico, potasio, hierro, manganeso, vitamina A y vitamina C (teniendo en cuenta que esta última solo se aprovecha si se consume crudo o ligeramente cocido al vapor).

Cómo conservar y consumir

En el frigorífico es mejor conservar los calabacines en los cajones,  donde se mantendrán en perfecto estado 3 o 4 días. Después su textura se volverá algo flácida, aunque seguirán siendo aptos para el consumo.

Al guardarlos, conviene también mantenerlos separados de frutas y tomates, ya que estos últimos desprenden etileno, que puede acelerar el deterioro del calabacín.

El calabacín se encuentra entre una de las hortalizas más versátiles en la cocina, porque puede ser la base de la preparación, pero también puede convertirse en guarnición de un segundo plato o incorporarse como complemento en arroces, pasta, ensaladas, tortillas o cremas.

Para aprovechar al máximo sus propiedades es mejor no pelarlos y en caso de que se cueza, es aconsejable no tirar el agua resultante, que se puede reutilizar para hacer sopas o cremas.

Foto: Angele J en Pexels. – Fuente: Cuerpomente.