Es un alimento con poder alcalinizante gracias a su riqueza en minerales como calcio, magnesio y potasio, fibra y vitaminas. Aporta además vitaminas del grupo B –B1, B6 y ácido fólico– y algo de vitamina C.
Pero destaca sobre todo por una serie de sustancias que se encuentran en cantidades muy pequeñas, pero que tienen notables efectos fisiológicos, como la cinarina, que ayuda a proteger el hígado, o la inulina, una fibra que reduce la concentración de azúcar en la sangre tras las comidas y que favorece el equilibrio de la flora intestinal. Es por tanto, un alimento depurativo a tener muy en cuenta.
Cómo consumir
La alcachofa exige cierto trabajo en la cocina; hay que cortarle parte de la base y las puntas duras, arrancarle las hojas exteriores más fibrosas y, a veces, eliminar la pelusilla del interior.
Su sabor delicado y sus singulares propiedades culinarias la convierten en un ingrediente ideal para crear platos festivos y suculentos. Los corazones o fondos de alcachofas son un ejemplo, y se pueden preparar con un sinfín de rellenos distintos.
Foto: LoggaWiggler en Pixabay. -Fuente: Cuerpomente.